8 Maneras para enfrentar una crisis económica con alegría
1
¡Plantar una
huerta!
La mejor manera de sentirse seguro en un momento de crisis
económica es saber cultivar tu propia comida y aprender a comer de manera
distinta. Muchas veces empezamos una huerta con una idea fija de qué es lo que
yo quiero cultivar. Si uno tiene más flexibilidad en la forma de comer se puede
adaptar la huerta a una gran diversidad de espacios, desde un patio de algunos
metros cuadrados hasta un balcón o techo de un edificio. Ya es momento de
cuestionar lo que comemos, la distancia que viaja la comida para llegar al plato, la
energía que implica cultivarla y qué valor nutritivo tiene para nosotros. Si
buscamos cultivos que crecen mejor en espacios reducidos con menos recursos, a
lo mejor no comemos zanahorias todas las semanas pero sí una variedad de hojas
verdes que podemos cosechar continuamente durante una estación con un alto
contenido nutricional.
2 Identificar las
hierbas silvestres comestibles (“malezas”) ¡y cosechar y comerlas!
A pesar de todos nuestros intentos
de aplastarla, la naturaleza nos premia con un flujo constante de malezas- o mejor dicho, “buenezas”-, plantas silvestres
comestibles que llegan a nuestras casas, maceteros, grietas en las veredas y
bandejones de las calles. Reconocerlas y aprender sus valores nutritivos y
usos medicinales es una gran ventaja para nuestra salud y la de nuestra
familia. La mayoría tiene más vitaminas
y minerales que los cultivos comunes de la agricultura convencional, y resisten
condiciones muy adversas. Se dice que la mejor venganza del agricultor es comer
las malezas, así que en vez de luchar contra ellas y sacarlas, ¡mejor hazte una buena ensalada
silvestre!
3 Aprender a hacer
tus propias comidas y productos de aseo, belleza, etc. ¡Hágalo usted mismo!
Si aprendemos a hacer nuestra propia comida gastamos menos
en el supermercado, la feria, restaurantes y cafés. También nos volvemos más
creativos en la cocina y podemos hacer miles de variaciones con las recetas
de acuerdo a lo que tenemos en el momento. Podemos disfrutar este momento de
cocinar compartiendo con nuestros hijos, amigos, o bien con una buena música de
fondo.
Hay muchos productos de aseo y belleza que se pueden elaborar con pocos ingredientes básicos en la casa, desde desodorante ambiental hasta
pasta de dientes y detergente para lavar la ropa. En la mayoría de los casos
pagamos mucho más por el envase y la marca que por la materia prima. También
podemos escoger ingredientes más ecológicos y mejores para nuestra salud.
4 Asociarse para
formar una cooperativa de alimentos, o participar en una.
Si compramos más cosas a granel, como arroz, harina,
porotos, etc., evitamos los intermediarios que se llevan un porcentaje alto del
precio del producto que compramos.
Podemos comprar por mayor y dividir en las cantidades que necesita cada
participante. Así evitamos gastos excesivos, envases extras y muchas visitas
al supermercado.
5 Hacer que tu
comida se multiplique germinando brotes con las semillas.
Cuando una semilla germina, aumenta hasta 3 veces su
tamaño y su valor nutritivo hasta 20 veces. El cuerpo aprovecha mucho mejor las
enzimas presentes en las semillas y la digestión se facilita notoriamente. Es algo
muy simple de hacer y no requiere de una fuente de energía externa, sino solamente
agua, semillas, un frasco y el sol.
6 Aprender a
compartir lo que tienes, trocar lo que sabes hacer, y enseñar a quienes te rodean para que todos cuenten con más herramientas para enfrentar la
vida.
En momentos de crisis los lazos de amistad y familia se
tejen cada vez más fuertes. Una buena manera de mantenerse con resiliencia
frente los cambios en la vida es vivir los momentos compartidos. Puedes invitar un amigo a comer en la casa
cuando esté en un bajón, o cambiar una clase de yoga por un queque casero, por
ejemplo. ¿Qué sabes hacer que puede servir a otro? ¿Qué quieres aprender que
puede ayudar a tu vida en este momento?
7 Usa y
compra poco, recicla y se feliz con menos.
Finalmente es importante reducir, pero no para sufrir. Si
uno usa la creatividad, se enfrenta a cada momento con imaginación ya sea desde cómo hacer una torta con menos azúcar o harina, cómo reciclar el agua de la ducha para
rellenar el estanque del water, o cómo producir un rico abono para tus plantas de
los desechos orgánicos de la cocina. Se puede inventar una actividad entretenida
con poco dinero, por ejemplo, con la simpleza de pasar horas dibujando con lápices y
papel. Siempre hay un nuevo uso para un objeto antiguo o un proyecto de arte
por hacer con cualquier cosa que encontremos en nuestros cajones, clósets o
despensas.
8 Reconocer y
agradecer la abundancia que tienes.
Uno siempre puede mirar al lado y ver que alguien tiene más, y otro
tiene menos. En compararnos reconocemos que todo es relativo. Podemos soltar los deseos de siempre
tener más, y agradecer lo que sí tenemos: un corazón que late, pulmones que
respiran, y una sonrisa si queremos mostrarla al mundo. Agradezco
profundamente esto y a mi familia, a las
muchas personas, amigos, amigas y compañeros que comparten este camino.
Stephanie Holiman
Fundadora de Huerto Hada Verde
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abriga corazones y abre caminos